lunes, 14 de diciembre de 2020

O8 DE DICIEMBRE: SÉPTIMA AUDIENCIA.

DE LA PLATA AL POZO DE BANFIELD


Este martes 8 de diciembre continuó el debate por las tres principales Brigadas de Investigaciones de la Bonaerense de Camps. Se exhibieron los testimonios en video de Chicha Mariani, que aportó sobre los desaparecidos Aued, Médici y Cañas, y el del sobreviviente Luis Velasco, que sumó su relato sobre los casos de Gustavo Pérez Monsalve, Marcelino Pérez Roig, entre otros.


Por HIJOS La Plata

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MARIANI Y LA FAMILIA AUED-MÉDICI

El debate continuó con la exhibición en video de un fragmento de la testimonial brindada el 27 de mayo de 2009 ante la Cámara Federal platense por María Isabel Chorobik de Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de mayo y hasta su fallecimiento en agosto de 2018 presidenta de la Asociación Anahí. “Chicha” declaraba en esa oportunidad en el marco de la causa nº 1885 de la Secretaría de la Cámara, caratulada “Mariani Daniel y Teruggi de Mariani Diana Esmeralda sobre denuncia”, y en el marco de los denominados “Juicios por la Verdad” cuyo fundamento son la determinación del destino final de las personas detenidas desaparecidas en el “Circuito Camps” ya que no tienen consecuencias penales. Madre, suegra y abuela de desaparecidos, y habiendo expuesto muchas veces sobre su hijo Daniel, su nuera Diana y su nieta Clara Anahí, Chicha aclaró que “voy a ahorrarles el trabajo de escuchar todo de nuevo. Voy a agregar simplemente o encuadrar algo para que se haga más entendible y me voy a limitar a entregar documentación”. De no haber mediado la tardanza del Estado en iniciar el debate en curso, 8 años en el caso de la causa por el Pozo de Banfield, Chicha hubiera preparado una exposición completa sobre los CCD de las Brigadas de Investigaciones de Banfield, Quilmes y Lanús, el funcionamiento de las maternidades clandestinas que existieron en esos lugares, la apropiación de hijos de desaparecidos desde allí efectuadas y las conexidades existentes entre los CCD de La Plata y aquellas dependencias. Pero la impunidad signa este proceso de juzgamiento y no ha quedado otra opción que revivir los conceptos de la testigo referidos a los que interesa en esta causa en menciones parciales de la inmensa tarea investigativa que realizó durante buena parte de su vida.




Como sabemos el 24 de noviembre de 1976 fue destruida la casa de Daniel Marini y Diana Teruggi, conocida como “la casa de calle 30” o “la casa de los conejos”, donde estaba la imprenta de la regional sur de Montoneros que editaba la revista “Evita Montonera” y donde se realizaba un emprendimiento de conejos en escabeche. En el operativo fueron asesinados Diana y los militantes Roberto César Porfidio, Eduardo Mendiburu Elicabe y Juan Carlos Peiris, y apropiada la hija de los Mariani-Teruggi Clara Anahí, aún hoy sin conocer su verdadera identidad. Por estos hechos fueron condenados en 2012 los represores Miguel Etchecolatz, Hugo Guallama, Carlos “Oso” García y Norberto Cozzani. Chicha contó que al principio pensó que Daniel había muerto en el ataque, pero luego supo que ese día estaba en Capital Federal, que volvió a La Plata y encontró la casa arrasada y se sumió en la clandestinidad. Luego Daniel se comunicó con su madre, que a su vez también tuvo que dejar su casa de entonces porque fue asaltada esa misma noche y casi destruida. Chicha pudo encontrarse con Daniel 15 días después del ataque a la casa de calle 30, lo vio varias veces y lo asistió como pudo porque estaba sin recursos y clandestino. Daniel estuvo 8 meses en la clandestinidad, no quiso irse del país pese a que la familia tenía contactos en Italia, se quedó a buscar a su hija Clara Anahí, hasta que fue descubierto en agosto del ’77 y asesinado en el barrio de La Cumbre por agentes de la Comisaría 4ta de La Plata cuando estaba asistiendo a Laura Carlotto, también militante montonera y en la clandestinidad. “Solo a través de treinta y pico de años de búsqueda y escarbar cielo y tierra para saber cosas, he podido ir armando este terrible rompecabezas que, en el que se constituyó mi vida”, dijo Mariani en el testimonio de 2009.



En particular sobre hechos que se investigan en esta causa, Chicha detalló sobre la familia Médici-Aued, ya que en el debate son caso la pareja Graciela Médici y Roberto Eduardo Aued, apodado “El Turco”, secuestrados el 1 de agosto del ’77 en el barrio La Cumbre y vistos en el “Pozo de Banfield” entre el 3 de septiembre y el 13 de octubre de ese año. Graciela estaba embarazada de seis meses y ambos militaban en la unidad básica “Capuano Martínez” que Montoneros tenía en calle 16 y 530. También es caso el sobreviviente Nieves Luján Acosta, compañero de militancia de Daniel Mariani secuestrado con su esposa Haydé y Santiago Cañas en el mismo operativo de agosto del ’77 y, tras pasar por la Brigada de  Investigaciones de La Plata, fue llevado a Banfield con el grupo de Aued, Médici y Cañas hasta octubre de ese año y luego llevado a la Comisaría 3ra de Lanús, en Valentín Alsina, desde donde lo liberaron en diciembre del ’78 sin ponerlo a disposición del PEN. Médici, Aued y Cañas continúan desaparecidos.

Chicha Mariani relató que “Esta familia que vivía allí, Aued Medici, es una de las familias atacadas y desaparecidas por la Comisaría 4ta. Fue la Comisaría 4ta la que inició el ataque, no sé si hubo más Fuerzas, pero ellos si estaban, esto lo sé porque pregunté a vecinos (…) A los Aued los maniatan cuando asaltan la casa y quedan allí, yo creía en la casa, ahora me acabo de enterar que en realidad los pusieron en una camioneta y de ahí vieron cómo, este, mataron a mi hijo. Cuando matan a mi hijo, lo suben como dije antes a otra camioneta y se van algunos, y otros quedan emboscados, a la expectativa, dentro de la casa” También contó que el padre de Laura Carlotto le había prestado la camioneta a Daniel para mudar a Laura y que fue detenido en el mismo operativo: “No dice mucho el señor Carlotto, más es lo que yo sé, que lo que dice acá. Él cuando entro a la casa, lo atacaron, lo golpearon mucho y se lo llevaron a la Brigada. Cuando llegó a la Brigada se encontró con la familia Aued en, allí adentro, aprisionado, y le contaron como había sido la muerte de mi hijo, como los habían tomado a ellos, que sus hijitos, dos, estaban en la casa de los abuelos de City Bell de manera que no los habían tocado y al señor Carlotto lo, lo tratan mal”.

Sobre Cañas Chicha puntualizó que “al otro día temprano viene un militante de apellido Cañas, llega a la casa porque era habitual que fuera ahí. Y también lo golpean, lo toman preso y se lo llevan también a la Brigada, eso fue el día 2 por la mañana (…) El día 3, pasan dos cosas; por un lado atacan la casa de la familia Cañas que es, también la Comisaría 4ta, en jurisdicción de la 4ta. Allí, la abuela, María Blanca de Cañas, sale con los dos niños que había en la casa. Había dos mujeres y dos niños, con un ejército alrededor y policías, y todos los techos llenos de gente para estas dos mujeres. Sale la abuela con los niños, dice que hay niños, se los entrega y la acribillan, la mataron a la señora Cañas. Blanca de Cañas. Enseguida matan a la hija que vivía allí, María Del Carmen Cañas de Valenti. El nene se llamaba también de apellido Valenti, era hijo y la nena era Cecilia Porfidio, que fueron entregados en ese momento a la policía. Matan a las dos, queman la casa; parece que en ese momento se acostumbraba a atacar donde había niños y quemar casas, porque son varias las casas que terminan incendiadas, bueno, hay un policía, Maceroni que ha declarado y cuenta como él en su camioneta llevó a estos dos niños a la Comisaría 4ta, donde pasaron la noche o quizá el día siguiente, les dieron leche, los atendieron y después los llevaron a la Casa Cuna. Esta es la tragedia de la familia Cañas. Ya antes había desaparecido una hermana, María Del Carmen se llamaba la que estaba en la casa y María Concepción la otra”.

Sobre Nieves Luján Acosta Chicha afirmó: “Después ese mismo día se llevan a Nieves Lujan Acosta, un joven muchacho albañil de la villa que había por ahí cerca, de la zona y de la cual era muy amigo, mi hijo, que los ayudaban con el grupo de la, de la Unidad Básica de ese lugar, también eso lo sé ahora, yo no sabía que había una Unidad Básica a la cual pertenecía mi hijo en ese lugar, cerca, este, de donde a él lo matan que es en 132 y 35. Lo llevan a Nieves Luján, también al mismo lugar a la Brigada y después a Banfield, allí se encuentra con todos”.

Demostrando una memoria prodigiosa, Chicha agregó “Hay algo de lo que no se ha hablado, no sé si en este momento sí se ha comentado, estaba la señora de Nieves Lujan, que también fue apresada pero de la cual no se habla, porque ella tiene miedo a que la nombren. Y esta Señora sabe y también Nieves Luján que la joven Graciela Medici, estaba embarazada, o sea que fue llevada embarazada y que el embarazo continuó”. 

La investigación de Chicha ha echado luz sobre el accionar en La Plata de la patota de la Comisaría 4ta y lo que ella definió como “lo que ha sido en la represión en las casas, en las familias, los asesinatos, las persecuciones”. La causa por hechos vinculados a la Comisaría 4ta de La Plata lleva años de lenta instrucción, así como otros expedientes referidos a otras dependencias como la 8va, la referida al accionar de la DIPPBA, al Arzobispado platense y la de las personas desaparecidas en La Plata no vistas en ningún CCD. Una vez más vemos cómo a más de 44 años del golpe genocida es mucho lo que queda por juzgar y son muchos los represores impunes que actuaron en el “Circuito Camps” que aún no han sido siquiera rozados por la pretensión punitiva del Estado.


IDA Y VUELTA A BANFIELD

A continuación se exhibió completa la testimonial realizada en el juicio de 2012 denominado “Circuito Camps” por Luis Velasco Blake, ex militante del Partido Comunista Revolucionario secuestrado el 7 de julio del ’77 y sobreviviente de los CCD Brigada de Investigaciones de La Plata, Arana, Comisaría 5ta y recluido en el Pozo de Banfield entre el 10 y el 14 de julio del ’77.

Velasco, fallecido en noviembre pasado, había relatado hace 8 años que en el año ’77 estudiaba medicina y se había retirado de la militancia. Vivía con su madre en una casa de calle 56 en La Plata. EN ese contexto habían sido secuestrados varios compañeros del PCR y el 7 de julio lo fue a buscar una patota de 12 represores de la Bonaerense de Camps. 

Fue llevado a la Brigada de Investigaciones de La Plata comandada por Miguel Etchecolatz y a la que los represores denominaban “La Central”.  

“Cuando llegamos a la Central al rato me informan que soy un detenido ilegal que no tengo ningún tipo de defensa, se me pregunta por mi participación política y se me devuelve con los otros prisioneros, allí fuimos golpeados por los guardianes repetidas veces y sobre todo en esa primera noche a base de golpes se nos impidió dormir, cada vez que nos dormíamos nos despertaban a golpes”, relató el sobreviviente.

Agregó que los genocidas jugaban entre ellos cargando las armas, haciendo ruidos con las armas, y diciendo que les molestaba gastar armas en perejiles, que les habían dado la orden de matarlos y que les molestaba gastar balas en “perejiles”. Así, luego de unas horas fue metido con otras personas en los baúles de unos autos y se los llevó al CCD “La Casita” de Arana. En el camino les realizaron un simulacro de fusilamiento. En Arana los pusieron en un calabozo, donde pudo hablar con Luis Larralde, Marcelino Perez Roig y Gustavo Perez Monsalve –maestro de música de 20 años-, estos últimos son caso en este debate por su paso por el “Pozo de Banfield” y aún desaparecidos. Marcelino Pérez Roig y su compañera Edith Beatriz Scanavino fueron secuestrados el 7 de julio de 1977 en su casa de la ciudad de La Plata. Marcelino trabajaba en el Hipódromo y militaba en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Edith tenía 22 años y cursaba la carrera de medicina. Ambos continúan desaparecidos. En el año 2012 y en el marco del juicio “Circuito Camps”, quedó demostrado que ambos pasaron por la Brigada de Investigaciones La Plata y por el Destacamento de Arana, aunque algunos testimonios que identificaran a Edith en la Comisaría 5ta.



Velasco afirmó que en Arana todos fueron torturados con picana eléctrica. Él  estuvo 3 días sin poder moverse, tras lo cual los vuelven a poner en los baúles de unos coches y los devuelven a la Brigada de La Plata con Larralde y la esposa de éste, María Josefina Ronsero. En la Brigada encuentra a Jorge “Yiyo” Andreani –militante del PCR-, Néstor Bozzi –integrante de Montoneros- y Ricardo San Martín –de la UES. El 10 de julio del ’77 llevaba 3 días de calvario y por la noche escucharon muchos movimientos y fueron sacados en grupo de la celda y subidos a un camión celda. “El camión iba lleno, no sé si había más camiones y emprendemos una marcha precedidos por Patrulleros que hacía uso de las sirenas, lo cual a los más optimistas de nosotros nos hizo pensar que podíamos ser  pasados a disposición del PEN en ese momento;  pero en un trayecto que yo en ese momento  calculé que podía ser a mitad de camino entre La Plata y Buenos Aires, luego por planos creo que es el ‘Pozo de Banfield’, somos bajados en un sitio que parecía  muy grande por el retumbar de los sonidos, somos golpeados nuevamente mientras nos trasladan por unas escaleras hacia unas celdas, nos hacen desnudar y nos hacen bañar”, detalló Velasco. 

Si bien su permanencia en el “Pozo de Banfield” fue de 5 días, pudo confirmar que allí fueron llevados Perez Roig, Perez Mosalve y que quedaron en el lugar cuando a él lo retiraron hacia Comisaría 5ta de La Plata con Rodolfo Malbrán y dos mujeres a las que no conocía, en un traslado del 14 de julio del ’77. Sobre las condiciones en Banfield dijo que “nos sirvieron un engrudo absolutamente imposible de tragar” y que pudo ver el rostro de uno de los represores que le abrió la celda.

En Comisaría 5ta Velasco comparte 22 días de cautiverio con Eduardo Bonín, Héctor Baratti y Humberto Fraccaroli. Respecto a los represores, el sobreviviente dijo que en un momento lo llevaron ante quien apodaban “El Coronel”, que intuye se trataba de Miguel Etchecolatz, y que vio al capellán policial Cristian Von Wernich en la Brigada platense: “en todo esto yo jamás pude ver a ninguno de los represores con excepción del Sacerdote Christian Von Wernich,... tuve mi primer contacto con él en la Brigada cuando recién me habían traído de Arana de la tortura. A mí me habían dicho que si le miraba la cara a alguien me mataban, y cuando llegó el sacerdote me dijo que me quitara la venda. Yo por supuesto me negaba a quitarme la venda y él me la quitó, y empezó una conversación muy afable, muy amable, en la cual pues empezó permitiéndose bromas sobre el estado en el cual yo me hallaba. Me tocaba el pecho y riéndose me decía te quemaron todos los pelitos con la picana, no te quedan pelitos... y empezó a visitarnos asiduamente”. Por su participación en el genocidio Von Wernich fue condenado a perpetua en 2007 pero nunca perdió estado activo dentro de la iglesia y ya preso hasta dictó misa para los represores detenidos… yo lo debo haber visto 4 veces”.

Velasco fue liberado de Comisaría 5ta el 8 de agosto del ’77 por un grupo que antes les dio un sermón, los puso en un auto con otras tres personas y los dejaron en calle 12 y 32, sin blanquearlos en el Poder Ejecutivo ni nada.

El relato de Velasco confirma la aceitada estructura de traslado de detenidos desde La Plata, donde estaba la sede de Investigaciones de La Bonaerense de Camps, a las Brigadas del conurbano que son materia de este debate. Un circuito del que algunos volvían y otros no.



El juicio continúa el martes 15/12 con la testimonial de Victoria Basualdo, investigadora de Clacso que expondrá como testigo de concepto sobre  la complicidad empresarial con la dictadura y el Genocidio.

Se puede seguir en vivo por los canales youtube del CIJ y del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.

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